domingo, 24 de febrero de 2013

sun shines in the bedroom when we play

Me he propuesto aprender a tocar el ukelele de una vez. Creo que esto me lo he propuesto más veces que en su día me propuse dejar de fumar y no lo hice. Creo que es, por una parte porque casi todas las canciones que me gustan tienen tres notas, así que hace que pierda un poco el interés. Y por otra parte, porque me resulta muy difícil sacar las notas de oído. Cuando bailaba en el conservatorio, en las clases de solfeo, siempre daba los tonos un poco más tarde que Rosalinda, una niña con un nombre muy burgués, u hortera, o de telenovela, no me queda claro.  
Así qué saqué son of a gun con el ukelele.



También fui a comprar una tela para un vestido a la revoltosa como reclamo al buen tiempo, justo este fin de semana que nieva en media España. Busqué un patrón sin mucho éxito en Pontejos, en toda mi colección de Burdas, y en Burdastyle, pero nada. Es increíble lo difícil que resulta encontrar un patrón básico o sencillo cuando te apetece algo así sin muchas florituras o con un corte limpio. Así que terminaré improvisando, que tampoco es muy difícil cuando lo que tienes en mente se parece a un saco.





He aquí mis progresos con el ukelele. El ritmo se debe a que aprendí a tocar la guitarrra cuando hice la catequesis, que queréis? y la canción para abruptamente porque me equivoco, de hecho, al final se oye un mohín.

jueves, 7 de febrero de 2013

simple as this

Bueno, a ver, como últimamente desde que cambié mis rutinas, hará ahora dos meses y pico estoy un poco descontenta, he pasado estos meses como de letargo un poco empanada. Mi amiga R. que es una de mis amigas más divertidas por su extraño conocimiento de estadísticas completamente inútiles o inventadas, dice que el periodo de adaptación a una nueva situación son tres meses.
Pero de repente he pensado que ya estaba bien. Así que para compensar las horas INTERMINABLES, los minutos que no pasan, ni los segundos, ni nada se mueve, ni nada pasa y me lavo los dientes durante mucho mucho rato para ver si así mato un poco el tiempo y tengo los dientes más limpios que en toda mi vida que nunca había seguido esta rigurosa higiene dental, he pensado que todo el dinero ganado, no con el sudor de mi frente como diría mi abuela, sino con mi amargura momentánea, he de gastarlo en viajes y cosas bonitas que me alegren un poco el espíritu hasta que decida si me voy a vivir a laponia o qué hostias hago. Unos se consuelan con unas cosas y para otros el consumismo está bien.
Bueno, hay otras cosas que me alegran el espíritu, como mi abuelo, que cada mañana cuando llamo a mi padre por teléfono le oigo gritar por detrás "FUERZA!!! FUERZAA!!! FUERZA!!! FUERZA SHEILA, NO ME DEFRAUDES!" (he de aclarar, que aunque parezca un poco así, no chochea aún) y mis tías por detrás, que son como las hermanastras de la cenicienta (pero en versión buena, y no por nada, sino porque se ríen a dúo y son muy graciosas) le hacen burla y le dicen "Que la fuerza te acompañeeeeee!". En fin, que quiero a mi abuelo con todas mis fuerzas, aunque haya heredado sus orejas grandes.

Bueno, a las cosas bonitas, que es a lo que iba. He decidido volver a escribir aquí (escribir esto es como una maldición del gafe o algo así, así que hasta el año que viene!), volver a usar la reflex en vez del móvil, y hasta me he instalado el photoshop! Instagram killed the photoshop star!
En resumen: que en mi tiempo libre necesito que todo sea chachi y bonito y hacer cosas divertidas y tirarle calcetines sucios a J.
Así que estoy pasando por una etapa jodida de enganche a la compra por internet y no internet, pero sobretodo compulsiva. Vamos, que llevo un mes que con todas las aduanas que he pagado me podría haber comprado ASOS entero y convertirme en blogger (ah no! calla, que yo también lo soy!)

El penúltimo paquete que me ha llegado es este. Un té soluble con una lata que me da un stendhal cada vez que la veo. No me gustan mucho los tés frutales, y nunca he probado el té soluble, pero...habéis visto esa lata? de hecho lo voy a probar ahora mismo!



Lo compré en http://oliviatheshop.com/ y me regaló este jaboncito que huele que da pena usarlo, pero le voy a hacer un pedido bien pronto de jaboncitos deliciosamente bienolientes.

El último paquete que recibí es esta espaldera que llegó de Baltimore, ese sitio donde todo es super guay, junto con Portlandia. Ahora tengo que comprarme una cazadora vaquera para ponérmelo  a lo punki con cuatro imperdibles porque la mía la he perdido. 


A parte de comprar bonito, otra de las cosas que me pide el cuerpo es producir bonito, así que la semana pasada creé un stock de telas y materiales para intentar hacer bonituras.

Otra cosa que me alegra mucho el día a día es escuchar la radio. Mi amiga Pigeon me recomendó Gladys Palmera, y no podría ser más feliz. Hasta uno de los locutores de uno de los programas, una vieja gloria de los 90, que por lo visto en su época era un mito sexual y yo nunca lo he llegado a entender (porque lo siento, pero la gente que salía en los 90 era muy fea, J. me enseña sus fotos de joven y eran todos muy feos) y me caía muy mal ha pasado a caerme genial y me río un montón.

Así que voy apuntando las canciones que me gustan en La agenda que cambiará tu vida que me trajeron los Reyes Magos de Blimea.

Os dejo con una que he escuchado hoy de un pequeño imberbe muy mono que por lo visto lo está petando:

domingo, 3 de febrero de 2013

It feels like I only go backwards















Every part of me says go ahead.