Unas de las cosas que más me fliparon de japón fueron las maravillosas cerámicas que había por allí. Y una de las cosas de las que más me arrepiento es de no haberme traído casi nada. Como íbamos viajando de un sitio a otro, no quería ir demasiado cargada ni demasiado pendiente de llevar cosas muy delicadas y lo quería dejar para el final. Pero el final del viaje fue en Tokio, y allí aunque supongo que también habría, no se me cruzó la oportunidad en mi camino como en otras ciudades. Tan solo compré un alfiletero para mi y otro para mi madre en una tiendecita en Hakone, que era una especie de joyería/relojería, y tenían un montón de alfileteros en un mostrador en la calle, en pequeños cuenquitos de saque hechos de cerámica preciosos.
Recuerdo, que fuimos a comer un helado en lo alto de un templo, y los cuencos de helado eran preciosos, con colores pastel, irregulares, delicados. Los japoneses tienen un concepto estético llamado wabi sabi. que aprecia lo impermanente, lo imperfecto, lo melancólico, se caracteriza por el respeto a lo pasajero, lo frágil, lo austero, el wabi sabi cree que los objetos son más bellos cuando llevan las marcas del paso del tiempo.
Al parecer el wabi sabi está relacionado con el budismo, y con la idea de que la sabiduría viene de saber aceptar los cambios y la imperfección. (En este vídeo lo explican super bien)
De hecho existe una técnica japonesa, que se llama kintsukuroi que consiste en reparar las grietas de objetos rotos con oro.
Un motivo más para volver :)
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