viernes, 12 de diciembre de 2008

I will never love you more than the white album of the beatles

Durante todo este año, he ido aborreciendo poco a poco a un montón de grupos o discos que me gustaban mucho.



El primero fue a sufjan stevens, directamente no puedo escucharlo. De hecho tengo un cd guardado en el fondo de una caja porque si lo veo probablemente lo romperé en mil pedazos.



Luego fue andrew bird, it's a nervous tick motion on the head to the left. Au revoir simone ahora me dan ganas de llorar. Algunas canciones de los lemonheads ya no las puedo escuchar. "She's the one" de caribou me pone de muy mala hostia. Casi casi se me jode el Adore de los smashing pumpkings. Si escucho a Islands me imagino con una rueda pinchada en medio de la carretera y con un calor agobiante propio del mes de julio. El título del disco de Lacrosse ahora no me lo creo. Con beulah me siento estafada. "52 favorite things" de los unicorns también está ahora en la lista de canciones que no me apetecen escuchar.



El año pasado por estas fechas me cargué Elephant gun de beirut, pero a base de bien. Es escuchar los primeros acordes y se desata la catástrofe, como diría rubén, hercóbulus! Ahora me recuerda a navidad, a sabor a uva y a muchos mocos.
Y creo que también le he pillado manía al Holy nigth gracias al anuncio del metro.



Así que he decidido no escuchar música cuando esté triste o furiosa. La guardaré en un baul con cien mil candados debajo del mar, y me prohibiré tajantemente darle al play. Se acabó. Quiero todas mis canciones.

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